Todos deberíamos hacer esta oración para la salvación de nuestra alma.

 

Señor Jesús me arrepiento de todos mis pecados.

Te acepto en mi corazón como mi Salvador.

Te doy gracias que hayas dado tu vida por mí en la cruz.

Te pido que escribas mi nombre en “el libro de la vida”.

LLéname de tu Espíritu Santo.

Te pido que, desde hoy, me guíes por el resto de mi vida

Gracias por aceptarme como tu hijo/a.

En el nombre de Jesús. Amen

 

En Romanos 10:9-10 dice que le tenemos que aceptarle y confesarle audiblemente.

“que, si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.”

 

A mí me cambio mi vida con hacer esta oración. Gracias a Dios que alguien oró por mí y pude aceptar al Señor en mi corazón (alma).

 

Nuestra alma está en juego porque el alma es el verdadero cuerpo y va a vivir por siempre. El alma nunca muere. Al momento que un ser humano nace, nace en pecado todo nuestro cuerpo de carne, el alma, y nuestro espíritu que va junto con el alma. Al momento de morir, nuestro cuerpo de carne se queda aquí en la tierra, haciéndose polvo, mientras nuestra alma/espíritu se van con Dios si aceptamos al Señor. Por eso, es muy importante recibirle en nuestro corazón (alma).

Al momento de aceptarle audiblemente; es como hacer un contrato en esta tierra para que el enemigo escuche que ahora somos de Dios.